viernes, 21 de octubre de 2011

El Fin de ETA

Mi interés por el problema vasco empezó cuando entré en la Universidad en México. Era claro que cuando es joven, y se empieza a despertar en tí un mínimo de conciencia social, empiezas a demostrar un mayor interés por este tipo de cosas. Yo, los grandes atentados de ETA no los viví, mi edad no lo permitió. Cuando tenía 3 años ETA mató a 19 personas en el Hipercor de Barcelona y a 11 en la casa cuartel de Zaragoza. Sin embargo viví con mucha intensidad los atentados que despues de la tregua de Aznar se fueron cometiendo en España.

Un 21 de Enero del año 2000, cumpleaños de mi hermana, ETA rompió la tregua y mató a un militar en Madrid. Un mes despues, ponía un coche-bomba en Vitoria y mataba al Secretario General del Partido Socialista de Euskai, Fernando Buesa. Una semana despues, me llegaban a México las papeletas de las Elecciones Generales que se celebrarían en el mes de marzo. Ese año, el primero en el que podía votar, convencí a mis padres de votar al PSOE, que se dejaron llevar por las ilusiones e idealismos de un chaval recién estrenado en la democracia participativa. Enviamos los votos por correo, pero Joaquín Almunia perdió las elecciones.

El 7 de mayo, llegando a la Universidad encendí el ordenador y me encontré con la noticia de que ETA había matado al periodista de El Mundo José Luis López de Lacalle. Tenía su curiosidad, por que la información que más digería todos los días era las páginas digitales de este periódico y de El País, por lo que el reconocimiento en la página WEB de El Mundo al escritor era abundante.

Así llegó el verano, un verano que no me tocó venir a España para recibir otra mala noticia de la muerte de otro socialista: el ex gobernador civil de Guipúzcoa Juan María Jáuregui era asesinado en un bar de Tolosa.

Comencé el curso de Introducción a la Política Internacional comprometido a hacer mi trabajo final sobre el problema vasco y ETA. De aquella Fernando Savater era mi filósofo de cabecera, y leía todo lo que escribía sobre ETA, sobre el nacionalismo vasco, sobre la Ley de Partidos Políticos y sobre el origen del problema en los tiempos de Franco.

 Y siguieron los muertos. No se me olvidarán nunca los nombres de Luis Portero, Antonio Muñoz Cariñanos, José Francisco Querol o Francisco Cano Consuegra. Pero sobretodo el de Ernest Lluch, ese catalán socialista que fué cobardemente asesinado con un tiro en la nuca mientras se bajaba de su coche en Barcelona. Estos días circula un vídeo con un momento de mucho valor y coraje, de Ernest en Euskadi.


Yo acabé mi trabajo en diciembre y ETA siguió matando. Todo el año 2001 estuvo teñido de sangre. Estremecían las historias de decenas de personas que siguieron muriendo, una de las que más recuerdo, la de Manuel Jiménez Abad, Presidente del PP de Aragón, asesinado mientras iba al futbol con su hijo. Años despues, en Madrid conviví con personas que lo conocieron, como el padre de mi amigo Diego, que me llegaron a contar detalles que estremecen a cualquiera.

Terminé la carrera. Y fué cuando decidí venirme a vivir a España, a Madrid. Después de una temporada viviendo en el centro de la ciudad en el Barrio de Malasaña, me fuí a vivir a Chamartín. A cuatro calles de mi casa, ETA había matado al General Justo Oreja en el 2001 y a siete militares con un coche bomba en 1993.

Son esos momentos en los que empiezas a reflexionar sobre lo real que era el problema, ya no era algo alejado, visto desde México, los protagonistas estaban al alcance de la mano.

La mañana del 30 de diciembre de 2006 cogía un autobús desde Madrid camino de Galicia, pues había tenido que trabajar entre las fechas navideñas. Por la radio me enteré de la bomba en la T-4, menos mal que siempre fuí mas adepto a los autobuses y a mi coche para moverme entre Pigarzos y Madrid, y los aviones los dejaba como último opción.

Así llegué a la campaña electoral de las elecciones generales de 2008. Me tocaba estar en el Comité de Movilización del Partido Socialista y en la sede de la calle Gobelas la expectativa era bastante buena, pues las encuestas internas favorecían al PSOE frente al PP de Mariano Rajoy. Era un 7 de marzo, cuando todo el mundo empezó a correr. Pepe Blanco se encerró en el despacho con su equipo, algo había pasado. ETA había matado al ex-concejal socialista Isaías Carrasco. Fué el asesinado de la banda terrorista que más sentí, por aquello de la "familia socialista".

ETA anunció ahora que se acabó. Escuchaba a Alfredo Pérez Rubalcaba decir en la mañana que ya no habrá eso que decían los periodistas al amanecer: "algo ha pasado en Bilbao". Pero queda otro camino por recorrer, un camino de justicia para las víctimas, de legalización de ideas que condenan la violencia y supongo, que será lo más dificil, de reconciliación para el futuro de una tierra preciosa como es Euskadi. 

Pero lo que está claro es que todos esos nombres que aparecen hoy en mi entrada del blog, todos los nombres de los más de 800 seres humanos que no estan con nosotros para celebrarlo tendrán que ser recordados siempre.

CONTRAPORTADA DEL DIARIO PÚBLICO. 21 de octubre de 2011

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