No he tenido más que una semana de vacaciones, y no me quejo. Por que en los tiempos en los que vivimos, aquel que tiene un trabajo tiene una virtud.
Decidí dar una vuelta con Tamara por el Norte de España en un viaje relámpago que me llevó a Asturias, Cantabria, Euskadi, Biarritz, y a descubrir la aldea minúscula de la sierra navarra donde nació mi bisabuelo Enrique Sánchez Maquirriain: Bizkarreta.
No fué sencilla la vida del abuelo. Con dos hermanos perseguidos en la Guerra Civil, él, un hombre trabajador, buen bailador de jotas navarras y escorado a la derecha, marchó para México donde se casó y tuvo ocho hijos en el estado de Sinaloa, al norte de México. Una de ellas fué mi abuela Julieta.
Vió morir a sus padres a distancia, y tardó más de 30 años en volver a España.
El miércoles estuvimos ahí. Encontramos las referencias de todo su origen. El registro en el Libro de Bautizos de su madre María Maquirriáin Ordoqui (1864), la casa donde nació en el centro del pueblo, las familias ya lejanas que aún visitan la aldea en algún verano.
Su padre, un médico andaluz que destinaron en el pueblo, se enamoró de una mujer de la aldea de a lado (Espinal) y tuvieron hasta cinco hijos. ¡Como eran las cosas de la guerra! El abuelo y una hermana suya monja, de derechas, y sus dos hermanos republicanos cruzaron aquellas montañas exiliados por donde hoy pasa el Camino de Santiago.
Cuando en julio de 1978 volvió a España con mis abuelos tenía, como ya dije antes, 30 años que no pisaba esta tierra. Tenía también la ilusión de volver, de ver como había cambiado aquello despues de tanto tiempo. Durmió la primera noche en el piso de mis tíos en Arcade y ya no se levanto más. El destino caprichoso quiso que el abuelo Enrique (al que debo este nombre) muriera la misma noche que llegó a España, sin volver a su tierra navarra.
Enterrado primero en Arcade y despues trasladado a Lugo, descansa en un panteón de Sober, el pueblo de mi tío Paco.
Pensando en eso se me prendió el foco. ¿Por que no llevarle un trozo de su tierra? Camino de Galicia nos quedaba de paso. Y una roca, a la entrada de su pueblo recorrió con nosotros 675 kilómetros hasta el sitio donde está enterrado. Ahí le dejé un pedacito de su tierra, para que el círculo quede cerrado.
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Foto de archivo del bisabuelo Enrique, camino de México.
Casa donde nació el abuelo, la "casa del médico", de propiedad municipal.
Un trozo de su tierra en el lugar donde descansa el abuelo.
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